TrailersBooks: Pero aquí seguimos: Una Historia Mas
PERO
AQUÍ SEGUIMOS: UNA HISTORIA MÁS…
El día que José, mi marido, se puso ante mí y me
dijo que había perdido su trabajo, el mundo se me cayó encima.
Realmente, no
teníamos ni idea de que aquello pudiera ocurrir. De un día para otro, sin
comentárselo a nadie, el propietario vendió su fabrica y antes hizo muchos despidos que
había pactado con los nuevos compradores.
Y en esos despidos estaba el de José.
Nos habíamos comprado una casa adosada hacia muy poco.
Íbamos muy apurados con la hipoteca y lo pasábamos realmente mal para llegar a
final de mes. Mi sueldo era inferior al suyo y yo no podía hacer nada para aportar
más dinero a casa. Por otra parte, la indemnización que le dieron era realmente
ridícula, después de haber dado tanto por aquella empresa.
Estuvimos pensando durante mucho tiempo que hacer y
una de las alternativas era vender la casa. Pero el problema es que nos daban
menos de lo que habíamos pagado y encima con los intereses de la hipoteca
seguíamos debiendo mucho dinero al banco. José, además, estaba muy deprimido. Sentía
que había fracasado y se echaba el mismo la culpa de todo lo que estaba
sucediendo.
Teníamos que hacer algo, pero no sabíamos el que. Entonces hable
con una amiga que me dio una idea. Esta amiga me explico que ellos tampoco podían
permitirse el alquiler y que lo que había hecho era alquilar una habitación a
extranjeros que venían a estudiar español.
Después de deprimirnos un poco, intentamos verle la
parte positiva a la cosa.
Conoceríamos a alguien nuevo, compartiríamos
experiencias. Así que recibimos a Jasón con el mejor de los ánimos. Tenía 24 años
y su nivel de español estaba bastante bien, venia de Miami. Se le veía muy
sensible y era muy educado, por lo que enseguida hicimos buenas migas. Un día Jasón
nos dijo que quería echarnos una mano y que se le había ocurrido una idea.
Él sabía
que su padre quería abrirse al mercado Español y que estaba buscando a alguien en
quien pudiera confiar y que hablara correctamente el español para poder
hacerlo. El curriculum de José encajaba muy bien en la empresa del padre de Jasón.
Era una locura, ciertamente, pero a veces las
locuras son la única solución. Nunca se nos habría pasado por la cabeza
mudarnos fuera de España, por lo que lo primero que le dijimos fue que lo teníamos
que pensar, pero que le agradecíamos muchísimo que se hubiera preocupado por encontrar
una solución a nuestros problemas. Jasón nos animaba y finalmente hablamos con su padre.
Durante ese
tiempo, cada vez lo tuvimos más claro.
A partir de aquel momento, llegaron días de muchos
nervios, pero también de mucha ilusión. Empezamos a hacer los preparativos para
nuestra gran aventura.
Fueron tristes las despedidas y, cuando llegamos a Miami,
nos entró algún que otro momento de pánico, de pensar si habíamos hecho bien o
no.
Pero aquí... aquí seguimos...
#Celivir78