TrailersBooks: Buscando Nuestra Identidad junto a Jesus
La presencia
de Ntro. Padre Jesús me conmueve y hace que me mire en el espejo del alma a la
vez que me hago una pregunta: ¿Quién soy yo?....Y a modo de ejemplo repaso
algunos de los personajes que estuvieron unidos a Jesús en los días de su pasión
y muerte y así puedo descubrir cual es mi proceder y con el cual me identifico:
A PEDRO: Por
que he negado al maestro junto a la lumbre de la comodidad. Por que me
avergüenzo de ser cristiano y lo niego cobardemente.
A JUDAS: Por
que he traicionado a nuestro señor, en el amigo al que he vendido por un puñado
de miserias.
A PILATOS:
Soberbio, que nada hago, que todo me da igual sin comprobar que ahí pobres
pasando hambre, o inocentes que son arrancados del seno materno o ancianos
solitarios o mujeres y niños rotos tirados en las calles con olor a cenizas,
jóvenes consumidos por las drogas y desorientados. ¿Qué puedo hacer yo?. Me
digo. Me lavo las manos y no quiero complicaciones.
A CAIFAS: Tan
sumo sacerdote del templo, tan inteligente que llega a la conclusión de que es
conveniente que muera un hombre por el pueblo y así seguir manteniendo sus
privilegios.
A HERODES: Que
buscando el milagro fácil vemos en esa imagen solo un fantoche para reírnos,
viviendo de espaldas a los valores que brotan de Jesús en este mundo
anticlerical y vacío.
AL CENTURIÓN ROMANO: Que después de hacer trizas al hijo del hombre, de coronarlo con
espinas, escupirle, molerlo a latigazos, clavarle los clavos y dejarlo morir
desangrado, vamos y reconocemos que era verdaderamente el hijo de Dios.
En definitiva
todos podemos ser tantas cosas el día de Jesús que no sabemos verdaderamente
quienes somos. Pero lo que si sentimos es su amor y su infinita misericordia,
que él nos regala día a día cuidándonos y protegiéndonos de todo mal.
Probablemente
a mas de uno nos gustaría ser como Simón de Cirene, hombre desconocido,
sencillo, que de pronto se ve llevando y ayudando al señor a levar su pesada y
enorme cruz, compartiendo el peso terrible del pecado de la humanidad y al
clavarse en ella, nos va a limpiar con su sangre redentora.
Cada uno de
nosotros miremos nuestras propias conciencias e identifiquémonos con cualquier
personaje evangélico.
Pienso que el
ser humano se siente un poco de ambos personajes, Simón de Cirene y Cristo.
Cirineos por que ayudamos a llevar la cruz del señor sosteniéndola con nuestra
entrega, nuestra fe, nuestra caridad y nuestra esperanza.
Y todos somos
un poco Cristo por que todos cargamos con el peso de nuestra culpa y
desgracias, con el dolor de la traición y desengaños, con el miedo a la misma
vida, por las luchas, enfrentamientos, enfermedades y con la carga en el alma
de ver que son muchos los seres queridos, amigos, compañeros y familiares que
estaban y ya no están, que se han ido para siempre.
Todos estamos
condenados a llevar el madero de nuestra cruz hacia nuestro propio monte
calvario. Entonces veo que Jesús viene hacia mí, para hacerse Cirineo y
ayudarme por que si Él no me ayuda, si Él no me sostiene, caigo contra el suelo
y ya no me levanto más.
Seas quien seas,
te sientas como te sientas, solo recuerda una cosa, Jesús siempre os amara, os
perdonara y como buen amigo, siempre os acompañará.