jueves, 5 de noviembre de 2015

Reflexion: Buscando Nuestra Identidad Junto a Jesus

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La presencia de Ntro. Padre Jesús me conmueve y hace que me mire en el espejo del alma a la vez que me hago una pregunta: ¿Quién soy yo?....Y a modo de ejemplo repaso algunos de los personajes que estuvieron unidos a Jesús en los días de su pasión y muerte y así puedo descubrir cual es mi proceder y con el cual me identifico:

A PEDRO: Por que he negado al maestro junto a la lumbre de la comodidad. Por que me avergüenzo de ser cristiano y lo niego cobardemente.

A JUDAS: Por que he traicionado a nuestro señor, en el amigo al que he vendido por un puñado de miserias.

A PILATOS: Soberbio, que nada hago, que todo me da igual sin comprobar que ahí pobres pasando hambre, o inocentes que son arrancados del seno materno o ancianos solitarios o mujeres y niños rotos tirados en las calles con olor a cenizas, jóvenes consumidos por las drogas y desorientados. ¿Qué puedo hacer yo?. Me digo. Me lavo las manos y no quiero complicaciones.

A CAIFAS: Tan sumo sacerdote del templo, tan inteligente que llega a la conclusión de que es conveniente que muera un hombre por el pueblo y así seguir manteniendo sus privilegios.

A HERODES: Que buscando el milagro fácil vemos en esa imagen solo un fantoche para reírnos, viviendo de espaldas a los valores que brotan de Jesús en este mundo anticlerical y vacío.

AL CENTURIÓN ROMANO: Que después de hacer trizas al hijo del hombre, de coronarlo con espinas, escupirle, molerlo a latigazos, clavarle los clavos y dejarlo morir desangrado, vamos y reconocemos que era verdaderamente el hijo de Dios.

En definitiva todos podemos ser tantas cosas el día de Jesús que no sabemos verdaderamente quienes somos. Pero lo que si sentimos es su amor y su infinita misericordia, que él nos regala día a día cuidándonos y protegiéndonos de todo mal.

Probablemente a mas de uno nos gustaría ser como Simón de Cirene, hombre desconocido, sencillo, que de pronto se ve llevando y ayudando al señor a levar su pesada y enorme cruz, compartiendo el peso terrible del pecado de la humanidad y al clavarse en ella, nos va a limpiar con su sangre redentora.

Cada uno de nosotros miremos nuestras propias conciencias e identifiquémonos con cualquier personaje evangélico.

Pienso que el ser humano se siente un poco de ambos personajes, Simón de Cirene y Cristo. Cirineos por que ayudamos a llevar la cruz del señor sosteniéndola con nuestra entrega, nuestra fe, nuestra caridad y nuestra esperanza.

Y todos somos un poco Cristo por que todos cargamos con el peso de nuestra culpa y desgracias, con el dolor de la traición y desengaños, con el miedo a la misma vida, por las luchas, enfrentamientos, enfermedades y con la carga en el alma de ver que son muchos los seres queridos, amigos, compañeros y familiares que estaban y ya no están, que se han ido para siempre.

Todos estamos condenados a llevar el madero de nuestra cruz hacia nuestro propio monte calvario. Entonces veo que Jesús viene hacia mí, para hacerse Cirineo y ayudarme por que si Él no me ayuda, si Él no me sostiene, caigo contra el suelo y ya no me levanto más.


Seas quien seas, te sientas como te sientas, solo recuerda una cosa, Jesús siempre os amara, os perdonara y como buen amigo, siempre os acompañará.

DIOS OS BENDIGA SIEMPRE….

domingo, 1 de noviembre de 2015

MicroRelato: Saltare....

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Mi corazón partido de dolor respiraba según iba pasando la noche, ¿porque respiraba si me habían cortado toda mi inocencia?, siempre me habían dicho que yo sería única, especial, que siempre en mi vida las cosas serían sencillas, duras pero sencillas, paradoja de la vida.

Quería salir disfrutar y resulta que lo único que encontré fue dolor, lagrimas que salieron de mis ojos que no paraban de salir porque mi sentimiento, mi alma, mi espíritu estaban encarcelados en esa vida de sexo y depravación, me habían hecho sentir tan mal, tan asquerosa con mi mismo ser, jamás pensé que yo me sentiría así, ¡maldita la crueldad con la que me trataron!, ya todo me daba igual y nunca más dejaría que me tocaran, tampoco ya importaba, ya lo habían destrozado una y otra vez así que ¿para que seguir aquí?.

Si, dejaría de existir eso era lo mejor porque encima que me habían destrozado la vida me sentía culpable por que yo estaba segura en mi hogar y por mí misma culpa había caído, me avergüenzo ser como soy. Me siento rota y por fin ese dolor acabara cuando acabe con mi vida....


Adols